Fernando Urena Rib El 08 de febrero a las 19:18
Como las campañas electorales van degenerando irremisiblemente, usted puede olvidarse tranquilamente de las ideologías, de las plataformas, de los programas, de las propuestas políticas. A veces hasta el partido sobra. Usted solo necesita dinero, mucho dinero. Como político usted desarrollará para el dinero un olfato prodigioso y una tremenda voracidad, adictiva, que solo competirá con sus deseos de poder.
Si no tiene partido, compre uno. En el mercado político hay pequeños partidos a buen precio. Si no tiene dinero para comprarlo, hágase tránsfuga y sepa venderse al mejor postor. O cree su propio partido. Así usted podrá acceder a la ayuda que el Gobierno, la Iglesia, la sociedad civil y las instituciones internacionales proveen para los partidos minoritarios. Es negocio lucrativo. Algunos políticos viven pura y simplemente de comprar y vender partidos.
Siempre habrá oídos dispuestos y manadas que clamarán por un pastor y un guía. No diga mucho. Use frases cortas y contundentes. No elabore nunca sus pensamientos, si acaso los tuviera. No argumente. No discuta. Sea tajante. Jamás se le ocurra asistir a un debate. Evite caer en la selva de los malentendidos.
Sírvase con la cuchara grande. Si el dinero no es abundante, retírese de la contienda y ejerza paciencia hasta que consiga fondos. Cualquier método es aceptable. Si busca dinero rápido puede unirse a las redes del narcotráfico, del lavado de activos y del crimen organizado. Su supervivencia no será garantizada, pero quizás algún puesto en el congreso, o en el municipio, o en su defecto un homenaje póstumo y su proclamación oficial como víctima propiciatoria.
Como las campañas electorales son mil veces más costosas que el sueldo que usted devengará durante su ejercicio, tenga a bien involucrarse en algún proceso secreto de corrupción. Haga uso de un buen abogado y trate de manipular la ley a su favor. Nunca se salga de la ley, pero válgase de sus triquiñuelas, de los puntos débiles del sistema judicial.
Deberá comprar o tener como aliados a algunos comunicadores. Esto también es costoso. Use las campañas mediáticas profusamente. La dosificación es importante. Deberá hacer un gran ruido al inicio, bajar la guardia y volver a atacar cuando usted vea que los opositores están perdiendo fuerza.
Aprenda a manipular e interpretar las encuestas. Una encuesta bien amañada tiene más valor y peso que la más costosa publicidad. Elija algunos militares de alto rango y comprométalos en el logro de sus objetivos políticos. Acepte que ya jamás conseguirá sacárselos de encima, a menos que usted aprenda a servirse de sicarios y matarifes. Si este es el caso, no falte un domingo a misa y santígüese cada mañana con agua bendita y mande a hacer horasantas con frecuencia.
Volvamos a la campaña. Al conformar su lema, su slogan y estribillo de campaña evite las utopías, que generalmente estorban y crean enemigos innecesarios. Su campaña deberá basarse en imagen. Antes de tomarse sus fotos de campaña contrate los servicios de un buen profesor de actuación. Estudie cada rictus, cada gesto, cada genuflexión, cada apretón de manos. No se preocupe por arrugas, cicatrices, marcas y señas particulares en la piel, ni manchas en los dientes. Nos ocupamos de eliminarlas con un programa para retocar la imagen. Su sonrisa será angelical, sublime, benévola. Le daremos a su ignorancia la apariencia de la sabiduría.
Los que están debajo de usted en la campaña lo que realmente quieren es dinero. Sea cauteloso. El político es hábil para buscar dinero y muy parco a la hora de hacerlo circular. Ponga a los subalternos a buscar dinero de otros lugares y oblígueles bajo chantaje a aportarlo a la campaña.
Mantenga alejados de su campaña a los miembros de su familia. Especialmente a su mujer. Durante el fragor y el triunfalismo de las campañas se acercarán a usted muchas mujeres entusiastas y dispuestas a apoyarle en todo lo que usted necesite o requiera. Sea cuidadoso. Recuerde que sus aventuras sexuales podrían ser utilizadas con saña, en su contra, por sus opositores. Usted está bajo constante espionaje, y aún sus seguidores estarían contentos de verle arrastrado a la cuneta, si es sorprendido dando algún golpe de bragueta.
Repase cuidadosamente los puntos de esta agenda política. Le deseamos suerte. Si usted gana, no se olvide de enviarme un sobre con un regalo sustancioso, en efectivo preferiblemente, ya que los cheques de los candidatos políticos tienen la mala costumbre de rebotar....